domingo, 20 de julio de 2014

Poema de amistad potencialmente cursi fijado en un día que alguien propuso para vender más regalitos

La verdad no sé si un amigo es una luz
o todas esas cosas
solo sé de sentirse acompañada
y de descubrir en cada otro
algo
un punto mínimo
que se despliega en abanico
al infinito
y te encuentra en un granito de arena de la playa de la perla

Me parece un poco tonto
tratar de explicar lo inexplicable
de una mirada cómplice que lo entiende todo
y no entiende nada más que una compañía tácita
una risa sin más sentido que el pleno sentido
un chiste que no es gracioso pero que destapa las puertas
                                       de algo que subyace sin nombre
                                                                y nos hace felices.


no hay nada más lindo que una carcajada compartida
o mejor
una sinfonía de risas cacofónicas
en la más plena y armónica desarmonía

el placer de saber que no se está haciendo nada más que compartir
que inventar excusas y códigos de utilidad
que charlar y charlar y charlar y erosionar el aire con palabras
que no dejan de repetir y de crear
que nos llenan

plagar un papel de viento con secretos
que en realidad se escaparán y llegarán a los oídos
pero que valen
solo por ese segundo de exclusividad entre una boca y una oreja
                                                                               con ojos abiertos.

el no-tiempo
la indiferencia de los meses que pasaron, o de los segundos
las esencias que dejan huellas en un suelo firme ante la lluvia
las horas que se fugan solas en una tarde, en un café, en una noche
en excusas

pero lo más hermoso
el pedacito de alma
es aprender a volar
la plenitud de una mirada que te levanta del suelo
y te invita, sin miedo
a que abras las alas para convertite en estrella
                                           (o en algo mejor
                                                  en uno mismo)


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