viernes, 11 de julio de 2014

Dadearé y dadearé y mi casa conservaré

He de dadear hasta que se me acaben los ojos
o la vida
lo que pase primero

DADA-DADA-D-A-DA-DA-DA-DA-DAADA-DA (1)

mil veces mejor que las palabras sueltas
o los sonidos asociados que se deshacen en la boca
como un agua tibia que se saborea regodeándose en los dientes
                                                                                en la lengua

DA-DA-DA-DA-DA-DA

te saco la lengua y pongo cara infantil
mínimo tres veces seguidas
sino no tiene gracia
la vida tiene que tener estribillos sin sentido como esas baladas del darlingdong
(que nunca buscamos, por su puesto)

pero en el DA se manifiesta un dadeamiento del sentido
del espíritu
del alma babosa que se babosea dadeando
dandeando
dadadilinineando

No, no soy dadaísta
poco los entiendo
yo solo dadeo para aliviar la pena del silencio
de todos los silencios y las pausas
de voz, de pensamiento y de alma
o mejor
dadeo el propio silencio
lo transformo en masa amorfa
en sonido manoseado por una cocinera gorda
de las que hacen buñuelos dadeantes en las ferias
encontradas en la densidad de su densas bobadas
DA-DA-DA-DA-DA-DA-DA
DA-DADA
DAAA

dame la mano y deadiemos el mundo
que nos hace bien.

DA-DA-DA-DA-DAAAA

(1) Para disfrutar el DA relaje los músculos de su boca y repita de forma pausada. Sienta como un sonido grave e interno se le desvanece. No se preocupe por ser exacto en la cantidad de sílabas, considérelo una sugerencia. El DA ha de ser vivido no repetido en sin fin como extrañamiento. Viva el DA en su saliva, en su lengua, en sus músculos maxilares. Sienta el placer en los cachetes dadeantes. Convierta al DA a las penas, al placer y al vacío. Sienta energía que se va hacia el universo. Permítase la libertad del dadeo pleno y no hace falta que lea el resto del poema.

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