domingo, 31 de agosto de 2014

La vez que miraste una cajita de música

y tus ojitos miran la ventana.

Las gotas se escapan y se suicidan, o sale el sol, no queda muy claro. En la alfombra hay un mapa con los pasos del pasado, una brújula duerme en tu muñeca.
y tus ojitos parpadean encaprichados.

La bailarina se revela en la cajita musical. Quiere ser pescadora pero no la dejan. Una melodía mal lograda de Beethoven derrumba sus orejas de plástico. Si se pudiera sacar los zapatos, le sangrarían las llagas.

tus pestañas no la entienden. Solo saben bailar, revolotear y juntar flores. No la entienden porque se pierden en su belleza fría y se olvidan de las gotas, las ventanas, el mapa y la alfombra. Solo saben amar de a una cosa, y el volado del tutú es mentira y la mentira es hermosa y la bailarina es un hada y las hadas vuelan.

y tus ojitos sonríen, y yo no digo nada.

La bailarina llora en el rincón, atada.

martes, 19 de agosto de 2014

(presente)

Personajes de selva se filtran en mi sueño
un no-olvido constante
la huella de los besos en los besos
las palabras de Cortázar volviendo en círculo
                                                     en el dibujo de uno contra otro

sonrío porque ya no deshojo ni margaritas
                                             ni rosas
                                             ni espinas
nunca tejí la manta de Penélope

la espera se retrata como flores marchitas con perfume azul
y existe en los momentos de añoranza

es imposible reconstruir tu efecto con palabras
con o sin dudas
vuela vértigo sin furia
endulzado
bocas adentrándose en bocas
dedos deviniendo piel húmeda

la plena convicción de un presente intermitente con mar.

martes, 12 de agosto de 2014

Cerraste los ojos robándote el aire

En la esquina izquierda el farol poco a poco se tiñe de negro. La manta opaca de una noche con sol va ganando terreno en la habitación-mundo. Hay una sonrisa menos. Hay un cuento que se termina y no vuelve a empezar. Un cuentista que nos hacía felices.
Hay un sinsabor con olor a muerte. Hay una ausencia, el secuestro de la magia que llega en miembros de un cuerpo desgarrado que no volverá a ser. Un todo perdido, apagado en cada brillo que se fuga del farol. La manta opaca y las risas en ecos paulatinos. La irrupción de un silencio cargado de gritos, de llantos, de botellas vacías clavándose en el cuerpo.
Todavía existe la vaga idea del recuerdo, el boceto de una sonrisa impresa en una lente. Todavía necesitamos aferrarnos al consuelo cuando la ficción nació quebrada, y no supimos serlo.


Unos ojitos familiares se acurrucan en los míos. Ojitos con lágrimas y risa. Con la posibilidad, con la opción de cambiar el mundo. Ojitos idealizados en mi haber de trajes viejos, en mi. Ojitos que son sangre, ojitos que son un vino espeso, ojitos que son el aire que no llegó a los pulmones, ojitos que son la desición tomada de no tomar más desciciones. Ojitos que se cerraron. Ojitos que me cerraron el aire, que bajaron los párpados.

domingo, 10 de agosto de 2014

re-encuentro con mi agua

Me vestí de azul
me crecí el pelo
me dejé correr por el río que elegí primero

el agua ajena me rozó
el cauce de siempre parecía el mismo
era el mismo

una ráfaga de miedo

el agua seguía ahí con la luz en el mismo lado
con las mismas olas
pero con un cuerpo distinto a disfrazar

estábamos demasiado desnudas como para reconocernos
las dos escondíamos mariposas detrás de las orejas
las dos mostrábamos gaviotas en los labios
las dos llovíamos
las dos reíamos

las dos ya no eramos las mismas
las dos éramos un reflejo en fuga por el camino de luz de la sombra
las dos éramos juntas

fuimos presente en el re-encuentro
re-escribimos con tinta salada el comienzo de un poema
                                                                      incompleto

domingo, 3 de agosto de 2014

Desde las jaulas

Mira por la ventana de la habitación vacía
los pájaros prófugos de sus jaulas
                    azules, violetas, encarnadas

puertas libres tallan sobre sí alas de mariposa
nunca
     nunca tan cerca del aire
a la distancia del suspiro las letras se pronuncian solas

el aire es la arcilla en las manos de la artista
las palabras jarrones con imperfecciones
la mirada otra se dispersa entre los dedos rotos

las caras húmedas vuelven a ser
por primera vez
el tiempo se espirala como el aro que baila en los brazos
en un circo atemporal
               lleno de carpas con color melancólico y brillante
                                                     rojos melancolía, azules esperanza
tonos tamizados sin harina
tonos depurados de metal
tonos de cuerpos que se miran
tonos de ojos, tonos de bocas
tonos de letras fugitivas

voces silenciadas en la imagen
pájaros que vuelven a sus casas de puertas abiertas
jaulas olvidadas que devienen mariposas

ella ahora mira desde afuera.