domingo, 28 de agosto de 2016

Recuerdo estancado

Encontrarte en mi mañana. Tus brazos escondidos en mi cuerpo. Líneas desdibujadas. Huellas de huellas de caminos en mis sábanas. Mi abrazo. Un beso. El ritmo del sol metiéndose por la ventana. Mis ojos despertándose secos. Labios de sexo de mañana. Tu boca buscando mi boca. Sonrisas arremolinadas. La lucha contra el tiempo y la costumbre. Excusas. La lucha contra el tiempo. Dos despertadores. El sonido de la ducha deshaciendo el encanto de la noche. Mirada de despedida. El gusto de las ganas. La esperanza de encontrarnos escondida en el motor del colectivo. Un último mensaje: Te amo. Un sonido del desgarro de los cuerpos. Mi rostro desgajándose en el vidrio. El final de mi recuerdo. El principio de tu olvido estancado en una imagen: el primer beso de la última mañana.

jueves, 10 de marzo de 2016

Yo, decime

Decime si canto muy alto,
si miro muy de cerca,
si te callo.

Hay un punto que a veces me duele
- el dolor de tener dolor -
la pesadumbre de vivir insatisfecha y sin defenderse.

¿En qué rincón del mundo quedó abandonada mi esencia?
Los ojos en los que busco solo pueden mirarme.
Tus ojos me acarician,
mi ojos acarician ficciones sepultadas:

el ático de mi misma, mi recoveco mas hondo,
el ventanal opaco que sepulta esta poesía,
que recobra las caricias que no di,

los besos que me incendiaron en los cuentos.

martes, 9 de febrero de 2016

Huir

(con el ritmo de "Tan joven y tan viejo")
Tengo en el centro una estrella que llora,
un presa que corre en círculos en su celda.

Hay secretos que se repiten en el idioma propio que me rehúso a aprender.
Sabina me resuena en las ausencias de mi vida
en todos los riesgos que no quise tomar.
La calle me refleja como todas las posibilidades que se niegan,
el mundo me mira sin querer mirarme a mi.

Soy los restos de lo que en el fondo quiero ser
soy mis alas que rompí,

esclava de un exterior que me carcome, cuyas reglas me superan, cuyas cadenas me acomodan
y me libran de mi;
soy todas esas lagrimas que no puedo llorar en mi progresiva deshumanización.
Mi espejo me refleja con más números,
mi independencia se ríe de mi.
Me siento tan sola, en el fondo de mi cuerpo,
entre hojas de textos que no quiero leer.
Ansío irme tan lejos que el planeta me asfixia,
el universo es un tupper del que no puedo salir
la vida se me antoja ante una ansiedad insaciable
el tiempo es un reloj de arena suspendido en cada grano.

Los pies, las piernas y el pasto, detenidos.
En mis sueños nunca puedo terminar de avanzar,
sigo en la misma calle que quiero cruzar pero nadie me atropella, pero nadie me quiere dejar escapar.

Solo un escenario vacío se figura refugio
y sigue siendo mentira,
porque todos los besos que beso fueron la ilusión de aprender a morir.

Cada improvisación es un racconto de una vida no pasada
no futura
cada llanto es la reiteración de todo lo que perdí.

(los ojos de tus ojos no dejan de mirarme
mis ojos no quieren ya mirar en el fondo de esta caída infinita,
de este llanto que no se para de llorar)

La libertad se transfigura en la dependencia

y todo lo que deseo es irme (a la mierda) de acá.

domingo, 31 de enero de 2016

El imperio de los cascarudos

Hace mucho que no escribo
y los dedos se me secan.

Por la ventana caminan cascarudos.
El paso de sus pasos acompasa mi espera constante,
mi espera muda y disfrazada de tiempo,
de acción,
de proyectos que se realizan en los reflejos,
en los espejos de un futuro lejano,

Cada vez soy menos honesta.
Cada vez los mensajes de mi cuerpo se vuelven más indescifrables.

Hablan un lenguaje que me es ajeno
y propio
y absurdamente mío
(asquerosamente mío)
mío hasta morirse de mi esencia
pero no lo entiendo
y no puedo
no puedo
no quiero
no siento entenderlo.

Se parece más al de los cascarudos.
Quizá un día construyan un imperio para conquistarnos y me lo expliquen
con sus bocas amorfas y  sus lenguas largas,
con sus dientes picudos,
sosteniéndome entre sus alas replegadas en negro,
apretándome con sus patas duras la garganta.
Mirándome con párpados caidos,
diciéndome, gritándome con chillidos, mientras muere lentamente mi madre
 que si hubiese sabido escucharme,
si me hubiese sumergido lo suficiente en el fondo de mi misma,
si en vez de evadir al mundo hubiera buscado mis caras en el reflejo,
si no me hubiera tapado los oídos,
si no hubiese fingido el dolor
quizás
los hubiera detenido.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Negar

"Silencio. Silencio he dicho."
Bernarda Alba (F.G.L.)


Miremos a otro lado
Sí, a esa, a ese.

Que mal vestidos que van, cortate la barba nene, ponete una remerita así, delicadita.

Comprá: La felicidad que llegó en barco y no se fue más.

Mira allá.

Ay, que lindo, cómo sube, cómo se mueve. Tiene razón, que lindo mensaje, que fuerte, que buena persona. Sí, igual no es su culpa.. cada uno. Lo que toca toca. Pobresito, claro, igual está bien, se le cae el pelo, pero está bien, se le escapan los mocos, pero está bien, hace preguntas que no debería hacer, pero esta bien, llora, pero está bien, canta, pero está bien, duerme, pero está bien, se murió.
Yo estoy bien. Yo tengo que estar bien.

Sólo los rincones de mi casa saben la verdad. Pero no es verdad. Porque me duele, pero estoy bien. No es mi culpa. Peor está él. Que vaya él al psicólogo. Ellos están bien. Tienen que estar bien.

Qué hablás? No, no tenés razón. Sí, preguntan, lloran, patean, gritan, se quedan solos, tienen miedo, les duele, les quema,  pero están bien. Vos no estás bien que tanto preguntás, que tanto mirás con el dedo y decís decís y decís. Que no te veo hace un mes, que estás estudiando menos, que estás rodeado de esos que no están bien. Vos les viste la cara?, están apagados. No hablan, no vienen, no dicen lo que digo. No me abrazan.Pero bueno, la madre... vos sabés.

Hace tanto que no salimos. Podemos ir hoy. Sí.
No, mejor no. Nos quedamos acá.
Ya vendrán cuando quieran. A lo mejor algún domingo, cuando quieran estar bien.

martes, 24 de noviembre de 2015

¿Dónde está?

¿Es que no lo ves?

Los juguetes se rompieron, no para de llorar. Hay que barrer el piso, está lleno de garrapatas.

¡Soltá eso que te vas a cortar!... Sh, sh. Perdón. No quise lastimarte.

No para de llorar. Los azulejos no pueden reflejar nada, pero se puede escribir nombres con los dedos. O hacer retratos, esa posibilidad no se acabará nunca. La tierra gris es igual a un puñado de carboncillos.

Pero, mi sol, si tocas eso te vas a enfermar.

No importa, hay que jugar en los escombros. Siempre hay que jugar hasta que el infinito se escape por los dedos y el mundo quede vacío. Cuando se dice mundo siempre uno se refiere al lugar chiquitito que los ojos recortan, porque el mundo, en rigor, en interminable. Los ojos son los culpables del egocentrismo humano, aunque no venga al caso.

A ver… vení, dame las manitos. Si, si, ¿quien ya no tiene tierra en los dedos?

Vuelve a llorar. La soledad envuelve las palmas. El cuarto comienza a estar vacío. Las paredes se retiran, los azulejos ya no tienen tierra y proyectan un cielo raso impecable. Los pedazos de plástico ajado desaparecieron, la tierra no existe en las manos de nadie. Hasta el aire se neutralizó en los pulmones. No importa si quisiera seguir jugando, la ausencia se lo llevó todo.

(Silencio)


¿Dónde está mamá?

sábado, 10 de octubre de 2015

autodescubrimiento

caminando sobre las voces de los cuerpos
mi cuerpo
pelota de barro tieso

en el fondo de los cuadros
reside un deseo oculto en los mundos que no puedo comprender,
que me componen
hilando en secreto lo que soy,

un murmullo de voces ajenas.

 *
mi primera persona llora sola
la segunda la mira
las terceras la tratan

es más fácil decir que no soy sola
fingir asumir los matices desprendidos
fingir que la transformación no es completa

sentir hondamente que la jaula es mi disfraz-esencia
mi cara desnuda, plenamente verdadera
sin sombra
sin culpa
fantasma que residirá eterna

*
y
no llorar el cautiverio