miércoles, 19 de marzo de 2014

Un ser terrestre

"Y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido"
J. Sabina

Si es que alguna vez lo halló, decidió dejar de perderlo. Sumida en un vaso sin fondo, ahogó lo que quedaba de sus restos en agua de nubes matizadas. En cada pequeña briza entregó al viento las diminutas gotas de ilusiones que conformaban su mar-abismo.
Entendió que sus hadas no eran reales, y que las que existían no eran como Ella. Demasiado terrestre para un sueño de aire, demasiado real para vivir el sueño.
Respirar nunca había sido peso hasta aquel momento en el que deseó respirar su aliento surcador de centímetros kilométricos. Volar nunca había sido necesario hasta que Él y otros ellos volaron.
Su humanidad nunca le había dolido tanto.

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