No leo poemas solo para ver artificios
ni escucho canciones únicamente para notar los acordes
acariciados con la maestría de los dedos.
No leo palabras que solo son bellas
ni adoro a mis ídolos por rimas magistrales.
No.
La magia del poema
reside en el susurro
que me grita al oído
desnudando las verdades que tapó
mi propio tiempo-sábana
al pasar corriendo.
La magia del poema
es ser dedos
extendidos
detrás de las palabras.
me gustó me gustó lo de los dedos :)
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