Me gustaría pensarte quieta
cuando me muevo
sentir que tus párpados no existen
que tus dedos no se mueven
inquietos
buscando la salida infinita.
Quisiera
que no respondieses
a cada uno de mis gestos
con la réplica
falsa y simultánea
que destiñe mi verdad.
A veces sueño con que despiertes
atravesando por los trozos
rotos sin cristal
el marco de madera desteñida
y me grites un nombre
que no sea el mío
pero que sea
que me agarres las manos
y penetres la piel
junto a la centinela tuerta
que disfraza la soledad.
Entonces se me caerán las lágrimas
para que me sonrías diciendo
en pupilas
lo que yo no diré.
Te revelarás desnuda
bajo mi mismo vestido
y
dejaremos de ser una sola
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